Fue en 1543 cuando se empezó la construcción de una de las obras de ingeniería colonial más grandes e importantes en el actual estado de Hidalgo, por el Fraile Francisco de la Cruz, proveniente de Tembleque, Toledo, España; ferviente religioso y destacado constructor.
Este acueducto llamado actualmente “Del padre Tembleque” tuvo una extensión de más de 42 kilómetros, y corría desde unos manantiales ubicados en las faldas del cerro del Tecajete, en el municipio de Zempoala, hasta el convento de Otumba, en el actual estado de México.

Los sinuosos caminos hicieron que el proyecto de construcción contemplara cruzar por grandes cañadas para llevar el agua impulsada solo por gravedad y sin ningún otro mecanismo. Así fue que se construyeron tres arquerías de distintas longitudes y composición en su número. Una primera con 46 arcos, ubicado en la hacienda Santa Inés Acuiltepec, un segundo grupo de 13 arcos en la hacienda de Arcos, y un tercer grupo de 67 arcos más conocidos y visitados, cuya altura es de 38.75 metros de altura, con un claro de 17 metros.
La construcción tardó aproximadamente 10 años en terminarse. Su declive era mínimo (.0073%), es decir, que solo tenía una elevación de 250 metros a lo largo de los 42 kilómetros de longitud, por lo cual no auguraban su funcionamiento. Sin embargo cumplió su objetivo a la perfección y ha sobre pasado los estragos del tiempo e intervenciones humanas, ya que a pesar de que por más de 100 años pasó un ferrocarril por debajo de su arquería, aún sigue en pié, demostrando la solidez de su argamasa.
El estilo de su construcción es bastante esbelto, y concuerda con el de otra construcción importante en la región que es el templo de Todos los Santos en Zempoala, Hidalgo.
Este acueducto tiene por lo menos cuatro siglos y medio de estar en pie. Es por ello que es digno de admiración, protección y cuidado.
Actualmente puedes visitarlo tomando una cabalgata en la que puedes admirar los alrededores de la región e imaginar los parajes de aquellos tiempos, complementándola con la observación de flora y fauna que te sorprenderá en su entorno natural. Águilas reales casando en los matorrales, es uno de los tantos espectáculos naturales que podrás observar. Esto lo puedes hacer mediante extraordinarias cabalgatas entre llanos de paisaje magueyero, viviendo una experiencia totalmente relajante y única.
Fue declarado Patrimonio de la Humanidad, por la UNESCO, el 5 de julio de 2015.
Otros acueductos
Otros acueductos importantes en la República Mexicana e igualmente nombrados o que forman parte de alguna ciudad Patrimonio de la Humanidad son:
- Acueducto de Santiago de Querétaro, Querétaro (1996).
- Acueducto (El Cubo) de Zacatecas, Zacatecas (1993).
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